20 abril 2009

Ver su cara es un paso importante

irun. Agotada tras una semana de infarto en la que no han dejado de sucederse informaciones en torno al asesinato de su hija, la madre de Nagore Laffage, recibía ayer una nueva sorpresa. "¿Que ha aparecido una foto de él? Tengo que verla", confesaba ayer tarde Asunción Casasola, la madre de la joven estrangulada los pasados Sanfermines, que hablaba a este periódico desde la cama donde trata de reposar la carga emocional acumulada en los últimos días.

El deseo de que trascienda un retrato de José Diego Yllanes, el autor confeso del estrangulamiento de su hija, ha sido durante los últimos nueve meses una insistente reclamación de la familia, molesta por el control que, a su entender, ha imperado durante todo el proceso judicial para que no trascendiera imagen alguna del imputado.

La confirmación de que el retrato finalmente iba a saltar a los medios de comunicación le dejaba a Casasola, sin embargo, un tanto bloqueada, sin saber muy bien qué decir. En parte, por no haber visto todavía la instantánea, y también por el hecho de que la imagen se remonte a los primeros años de carrera del acusado. "Es un paso importante ver su cara, pero me he quedado un tanto sorprendida. Lo que quiero es que la gente se quede con su imagen actual, que puedan reconocerlo por calle y se le distinga", reclamaba.

Su entorno más cercano le ha asegurado que durante el juicio no habrá problema para que trascienda una imagen del joven. Pero el compás de espera ante la vista oral, que se está demorando más de lo inicialmente previsto, es difícil de sobrellevar. "En las últimas semanas me estoy armando de valor para conocer todo lo que hasta ahora no sabía. A mi abogado, de hecho, ya le he pedido que me informe sobre todos los detalles de la autopsia que le hicieron a Nagore", confirmaba la madre.


Fuente: www.diariodenoticias.com/

1 comentarios:

xuberoa dijo...

JUSTICIA PARA NAGORE!!


El domingo lei el editorial del Diario de Noticias, por cierto el único diario que se a atrevido a poner una foto del asesino confeso de Nagore, aunque la foto sea vieja ES UN PASO ADELANTE. Pego aqui el editorial...


El juicio por el brutal asesinato de la joven irundarra Nagore Laffage durante los pasados Sanfermines va a poner a prueba si, efectivamente, la Justicia, con mayúsculas, es realmente ciega o va aplicar consideraciones ad hoc que más tienen que ver con el determinado estatus social, laboral o económico del agresor. Porque, a la luz de lo publicado y de lo emitido por algunos medios de comunicación con la determinación evidente de suavizar los hechos, podría derivarse que el apellido del agresor, su profesión o el centro de trabajo donde ejercía su labor cuando cometió el crimen, cuya autoría por otra parte ha confesado, podrían servir a modo de atenuante en el proceso mediático anterior al juicio, que se prevé se inicie en los próximos meses. Afortunadamente, el tesón y la constancia de una madre que, sobreponiéndose al dolor, ha venido denunciando desde el primer momento la posibilidad de que no cayera todo el peso de la ley sobre quien acabó vilmente con la vida de su hija parece que está dando sus resultados. Esta semana hemos conocido cómo la Fiscalía, en su escrito de acusación, pide veinte años de cárcel por considerar el delito como asesinato y no como homicidio, que era lo que, lógicamente, trataba de conseguir la defensa de José Diego Yllanes. Una calificación compartida a la postre por el Gobierno de Navarra y desde el principio por el Ayuntamiento de Irun, mientras que el Consistorio de Pamplona solicita hasta 27 años al añadir los agravantes de ensañamiento y detención ilegal. Los escalofriantes detalles conocidos, que confirman que Nagore intentó salvar desesperadamente su vida con una llamada desde el teléfono móvil de su agresor y que esa circunstancia fue el detonante final para que éste la asfixiara hasta la muerte, refuerzan más las tesis de que, efectivamente, se produjo un asesinato y no un homicidio. Es obvio que todo acusado tiene derecho a un juicio justo, más allá de las atrocidades que haya protagonizado, pero, como ha reclamado insistentemente la madre de Nagore, resulta una obligación social responder a los intentos de presentar los hechos de una determinada manera para tratar de modular la sentencia final. Cuando resulta irrefutable que una joven con toda la vida por delante la perdió ante alguien que no supo aceptar que un NO siempre significa NO. (hasta aquí el editorial)

Yo me pregunto Porque no sale en ningún lado la foto del asesino confeso de Nagore?
Que poder tiene la familia o su entorno para que después de un año no conozcamos la cara del asesino?
Acaso no estamos acostumbrados a ver en todos los medios de comunicación las caras de otros asesinos?
Que hay detras de tanto miedo?
Cuando digo MIEDO lo digo porque es increíble que nadie ponga una foto actual del asesino, que tiene que haberlas, por ejemplo de su fin de carrera en la Universidad de Navarra, etc...
Acaso los medios de comunicación estan amordazados y no pueden poner la fato del asesino?
Un año casi lleva pidiendo la familia de Nagore conocer la cara del asesino.
Creo que merecen ser atendidos en esta petición, esperemos que muy pronto todos podamos ver la cara del asesino en los medios de comunicación, pero que sea la cara que tiene actualmente

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